Los multimillonarios saudíes han experimentado un impacto significativo en su estatus, al caer de manera sorprendente y notoria de la prestigiosa lista de Forbes. Este inesperado viraje refleja la creciente incertidumbre en torno a la seguridad de sus activos tras la contundente purga dirigida por el príncipe heredero, Mohamed bin Salmán. A pesar de que cerca de treinta titanes de los negocios en el mundo árabe todavía sostienen posiciones en el codiciado ranking de las mayores fortunas a nivel global, es intrigante observar que ninguno de ellos proviene del reino del desierto.
Los multimillonarios saudíes no incluídos en la lista de ‘Forbes’ 2023
Este notorio despojo de la lista de Forbes impacta de manera particular al carismático príncipe Alwaleed bin Talal, quien previamente había expresado su insatisfacción con las valoraciones atribuidas por la revista a sus valiosos activos. El título del árabe más acaudalado ha sido traspasado al egipcio Nassef Sawiris, cuya estimada fortuna de 6.600 millones de dólares se desvanece en comparación con los deslumbrantes 18.700 millones que Alwaleed ostentaba en el año precedente.
El príncipe multimillonario saudí, cuya influyente empresa, Kingdom Holding, ostenta intereses en algunas de las corporaciones más prominentes, como Citigroup, Eurodisney, 21st Century Fox y Twitter, se convirtió en una de las figuras más notorias de la ostentosa “cárcel” improvisada en el Ritz-Carlton de Riad. Durante los tres meses de la campaña anti-corrupción liderada por MBS, este lujoso hotel se transformó en un centro de detención de alto nivel. Aunque los cargos formales no fueron anunciados para los cerca de doscientos detenidos, la mayoría optó por ceder propiedades y activos para recobrar su libertad.
Según reportes de The Wall Street Journal, a Alwaleed, de 63 años, se le solicitó una asombrosa suma de 6.000 millones de dólares para su liberación. A pesar de su eventual puesta en libertad, el príncipe insiste en que todo se trató de un malentendido y que ninguna condición le ha sido impuesta por las autoridades. Sin embargo, observadores externos sospechan que su intento radica en prevenir la depreciación de su empresa, ejecutando un proceso de desinversión que le permita afrontar posibles pagos futuros.
En el listado del 2017, Arabia Saudí ostentaba la cifra más alta de multimillonarios enlistados. Un grupo de diez de estas figuras sumaban en conjunto un impresionante valor total de 42.100 millones de dólares, cantidad que, de acuerdo con las estimaciones de Forbes, podría haber sido aún mayor este año debido al leve repunte en los precios del petróleo y los mercados financieros. Además de Alwaleed, esta prestigiosa nómina incluía al influyente empresario Mohamed al Amudi, al príncipe Sultán bin Mohamed bin Saud al Kabir y al destacado inversor Mohamed Serafi.
La Batalla del Príncipe Alwaleed contra Forbes: La Disputa por el Trono de la Riqueza
En un enfrentamiento que mezcla vanidad, finanzas y prestigio, el príncipe saudí Alwaleed Bin Talal se ha enzarzado en una contienda con la renombrada revista Forbes. El detonante de esta confrontación es su ubicación en el escalafón de los individuos más ricos del mundo, un puesto número 26 que ha dejado al príncipe en un estado de descontento evidente.
La respuesta de Alwaleed no se hizo esperar. A través de un comunicado oficial, arremetió contra Forbes, acusándola de emplear criterios de valoración que perjudican a los inversores de Oriente Próximo. Además, declaró la terminación de toda relación con la revista, incluyendo el acceso previamente otorgado a sus compañías e incluso a su residencia.
Kerry A. Dolan, editora de la lista de Forbes, arroja luz sobre la determinación de Alwaleed por alcanzar los primeros diez puestos de la lista, incluso a expensas de la precisión. Dolan destaca cómo el príncipe tiene la tendencia de inflar su fortuna y dedicar más tiempo y energía que cualquier otro magnate, incluso más que Donald Trump, en mejorar su posición en la lista.
La descripción que Dolan hace de Alwaleed lo retrata como un individuo con una autoestima elevada, que reside en un entorno de opulencia casi exagerada. Su palacio en Riad, con mármoles y retratos suyos en cada rincón, se presenta como un símbolo de esta extravagancia. La mención de su avión privado Boeing 747, completo con un trono, resalta su estilo de vida suntuoso.
Con 58 años de edad, Alwaleed es dueño del 95% de Kingdom Holding Company, una firma que cotiza en la bolsa saudí. Además, ostenta significativas participaciones en empresas de comunicación y entretenimiento en Oriente Próximo, como Rotana. Su cartera de inversiones incluye empresas internacionales de renombre como Apple, Twitter, AOL y Motorola.
El desacuerdo sobre la valoración de su fortuna es el epicentro de la disputa. Mientras Forbes estima su patrimonio en 20.000 millones de dólares, Alwaleed alega que su riqueza alcanza los 29.600 millones. Este desacuerdo ha desencadenado una rivalidad en las estimaciones, ya que Bloomberg, una compañía de información financiera, ha lanzado su propio índice, el Bloomberg Billionaires, valorando la fortuna de Alwaleed en 28.000 millones de dólares.
Más allá de la contienda de egos, esta disputa resalta la importancia de la percepción pública y cómo las valoraciones pueden tener un impacto trascendental en las decisiones de inversión y en las relaciones comerciales. En última instancia, el desafío de Alwaleed a Forbes ilustra la complejidad de medir la riqueza y la influencia en el escenario global.
