HADIZ

La palabra hadiz (en plural, ahâdîz) significaba originalmente información pero se aplica especialmente a breves relatos en los que se cita palabras, se describe un acto o se expone alguna decisión del Profeta.

También significaba novedad, algo reciente, que sucede en el tiempo, opuesto a antiguo, atemporal, diferenciándose así las palabras, actos o decisiones del Profeta, del Corán, cuya naturaleza es eterna -el Corán es Kalâm Qadîm, Discurso fuera del devenir, mientras que el del Profeta es un Kalâm Hadîz, un Discurso surgido en el tiempo-.

Un hadîz es, por tanto, un breve relato en el que se atribuyen a Sidnâ Muhammad (s.a.s.) palabras, actos o decisiones.

SUNNA

Por su parte, Sunna significa vía, costumbre, modo. Designa la manera de actuar y conducirse del Profeta, por tanto, se refiere más a su acción. De la ambigüedad en la definición de Sunna ha resultado que a veces se utilice el término como sinónimo de hadîz o para referirse en exclusiva a los hadices que describen actos del Profeta.

Lo más frecuente es que se utilice en sentido general: es la Tradición que nos ha legado Sidnâ Muhammad, su modo, que tiene como opuesto la bid‘a, la ruptura con esa Tradición. Por su fidelidad a ella, la ciudad de Medina (al-Madîna al-Munáwwara) se la designó con el apelativo de Dâr as-Sunna (la Casa de la Sunna).

SUNNA

La bid‘a, la ruptura con la Sunna, recibe en el Islam una condena absoluta. El Profeta dijo: “Debe rechazarse al que introduzca una novedad en este asunto nuestro”.

No obstante, la palabra bid‘a también puede aludir a una novedad positiva que tenga un antecedente importante en la Sunna y que constituya su afianzamiento, y por ello, el Profeta también aludió a bid‘as buenas.

Como ejemplo de bid‘a positiva se menciona el que ‘Omar decidiera que se realizara en grupo los Tarâwîh de Ramadán.

No obstante, el término casi siempre se emplea para designar una alteración censurable que anula o distorsiona una Sunna auténtica.

La condena sin paliativos a la bid‘a en tanto que alteración de la Sunna despertó en los musulmanes una gran sensibilidad hacia la Sunna: es la forma de imitar al Profeta (s.a.s.), lo que produjo un amplio y escrupuloso movimiento para su salvaguarda y conservación (muhâfaza), puliéndola constantemente de todo lo que se le fuera añadiendo y que podría ser una bid‘a.

Las tres primeras generaciones del Islam (los Sahâba o Compañeros del Profeta (s.a.s.), los tâbi‘în, o discípulos y continuadores de los Sahâba, y los tâbi‘î at-tâbi‘în, los discípulos y continuadores de los tâbi‘în) conforman un grupo al que se llama Sálaf (los Antepasados) caracterizado por su fidelidad escrupulosa a la Sunna.

A las generaciones posteriores a ellos se las llama con el nombre genérico de Jálaf (los Sucesores), que con el tiempo fueron perdiendo el espíritu de fidelidad que anidaba en los primeros.

Se llama salafismo a la referencia constante al Sálaf por parte de autores pertenecientes a esas generaciones posteriores que querían restablecer la pureza del Islam original.

El salafismo es la afirmación del valor de la Sunna, pero no hay que confundirlo con el uso abusivo que hacen de él determinados grupos en la actualidad que confunden el amor al Sálaf con una interpretación literalista y cerrada de la Sunna.

Jábar

Otros dos términos técnicos que se emplean en las Ciencias del Hadîz son jábar y ázar. Ambos se pueden utilizar como simples sinónimos de hadîz (breves relatos de palabras, acciones o decisiones atribuidas al Profeta -s.a.s.-).

Pero lo más común es que se hagan las siguientes precisiones. Jábar significa información, y es una palabra que emplean sobretodo los historiadores y cronistas.

En la terminología técnica del hadîz (istilâh al-hadîz) se aplica para designar todo relato que tenga como protagonista al Profeta (s.a.s.) o a alguno de sus Compañeros, es decir, todo hadîz es jábar pero no sucede a la inversa. Por lo general, se emplea más para designar palabras que se atribuyen a un Sahâbi, un Compañero.

Existe otro tecnicismo para esto último más preciso: hadîz mawqûf (hadiz detenido, es decir, detenido en el Sahâbi, sin llegar a atribuirse al Profeta (s.a.s.); por suparte, el hadîz elevado hasta el Profeta, es decir, puesto en su boca, se denomina hadîz marfû‘).

Ázar

Significa vestigio, huella.

Se puede aplicar al hadîz y al jábar, pero además engloba las palabras de los continuadores (los tâbi‘în) y los oontinuadores de éstos (los tâbi‘î at-tâbi‘în) y en este último sentido es en el que más se emplea.

También existe para ello un tecnicismo más preciso: hadîz maqtû‘, hadiz cortado, que es la frase atribuida a un tâbi‘í y que éste no atribuyó a un Sahâbí.

Hadîz Qudsí

En ocasiones, el Profeta (s.a.s.) trasmitía a sus Compañeros palabras que atribuía a Allah pero que nos las definía como Revelación (Wahy), es decir, no tienen la categoría del Corán ni lo sustituyen.

Eran, más bien, frases inspiradas, en las que se detecta una profundidad especial que se nota en el estilo, a la vez distinto al del Corán y al de los hadices normales.

Esos hadices, que comienzan normalmente por la frase: “El Profeta dijo que Allah dijo…” (mientras que el Corán se cita siempre diciendo: “Allah ha dicho…”), son los llamados hadices qudsíes (de Quds, lo Inefable, lo Insondable).

También se les llama hadices ilâhíes o rabbâníes, mientras a los hadices del Profeta se les llama hadices nabawíes o hadices sharîf.

Algunos ‘ulamâ (sabios del Islam) opinan que tanto la expresión como el sentido del hadîz qudsí provienen de Allah, pero la mayoría piensan que el sentido viene de Allah y las palabras son del Profeta (s.a.s.).

La definición más aceptada es la siguiente: “El Corán es palabra y significado proveniente de Allah, mientras que en el hadîz qudsí el sentido (ma‘nà) nos viene de Allah, pero el enunciado (lafz) nos viene del Profeta).

¿Qué Es Un HADIZ?

Un hadiz (a partir de aquí simplificaremos su trascripción y emplearemos la forma hadiz) es un breve relato en el que se recogen palabras del Profeta (s.a.s.) -dichos, hechos, asentimientos, etc.-.

Los hadices sirven para establecer la Tradición (Sunna), que es la segunda fuente del Islam. A diferencia del Corán, los hadices presentan problemas de autenticidad: la mayoría de ellos tardaron en ser registrados por escrito. Se desarrollaron criterios para evitar falseamientos.

Esos métodos constituyeron lo que se ha dado en llamar ciencias del hadiz (‘ulûm al-hadîz) entre las que se encuentra una rama importante, la de la terminología técnica (mustalah), que sirve para clasificar los hadices según los grados de autenticidad y validez.

Las ciencias del hadiz son muchas y se entremezclan, pero debemos comenzar por alguna de ellas: hemos preferido la de la terminología técnica porque su vocabulario es imprescindible para introducirse por el intrincado mundo de la literatura sobre la Tradición musulmana.

Debemos advertir que los apuntes que seguirán a continuación a lo largo de muchos viernes son listados de términos que deben ser conocidos para entender la terminología que se emplea en la literatura técnica sobre los hadices.

Es decir, normalmente en los textos basta con el enunciado del juicio que merece a los expertos determinado hadiz y se nos dirá simplemente si es sahîh, hásan o da‘îf, o bien que lo ha transmitido tal o cual imâm de prestigio, sin más desarrollo.

Bibliografía

Entre las obras dedicadas al estudio de la terminología del hadiz destacamos, debido a su claridad y método, un libro contemporáneo, ‘Ulûm al-Hadîz de Subhi as-Sâlih,

Vocabulario básico

  1. ‘Ilm al-Mustalah, ciencia de la terminología técnica (o ‘Ilm Mustálah al-Hadîz, ciencia de la terminología técnica del hadiz), es el estudio de los fundamentos y las reglas con que se valora la cadena de trasmisión (sánad) y el texto (matn) de un hadiz. Esta ciencia determina, por tanto, su aceptación (qabûl) o rechazo (radd).
  2. Hadîz, significa literalmente acontecimiento, novedad, conversación y su plural en árabe es ahâdîz. Se emplea para designar todo lo que se atribuye al Profeta (an-Nabí) -s.a.s.- Son breves relatos que contienen palabras (qául), acciones (fi‘l), decisiones (taqrîr), de Muhámmad (s.a.s.).
  3. Jábar, significa noticia. Algunos autores lo emplean como sinónimo de hadîz. Para otros, un hadîz es un relato sobre el Profeta (s.a.s.) y un jábar es un relato sobre cualquier otro que no sea él (sus Compañeros -los Sahâba-, la siguiente generación -los Tâbi‘în-, etc.). Hay autores que le dan un sentido general: hadîz es una noticia sobre Rasûlullâh (s.a.s.) mientras que jábar designaría cualquier noticia, sea sobre el Profeta o sobre cualquier otro.
  4. Ázar, significa huella, vestigio, resto. Para algunos autores es sinónimo de hadiz. Otros lo reservan para denominar las noticias o relatos (conteniendo sus palabras, acciones y decisiones) que nos han llegado sobre los Sahâba y los Tâbi‘în.
  5. Isnâd, es el acto de enunciar los nombres de los trasmisores (râwî, plural ruwât) del hadîz. También se emplea como sinónimo de sánad.
  6. Sánad, literalmente significa lugar en el que uno se apoya, persona en la que se confía. Como término técnico (mustalah o istilâh) designa la cadena (sílsila) de trasmisores que se cita al principio de un hadiz (antes del texto, matn) para que se sepa quiénes lo han contado y se pueda juzgar la credibilidad del relato. Es el linaje del hadiz, su genealogía. Un sánad está constituido por peldaños, niveles, eslabones (tábaqa, generaciones).
  7. Músnad, persona cuyo nombre es enunciado en un sánad. También se llama músnad a los libros que recogen hadices ordenados no por temas sino por las personas que los han trasmitido.
  8. Muháddiz, persona experta en la ciencia de la terminología del hadiz, y capaz, por tanto, de diferenciar entre los auténticos (y los diferentes grados de autenticidad) y los falsos.
  9. Hâfiz, literalmente significa persona que sabe algo de memoria, en especial el Corán.
  10. En ciencias del hadiz es sinónimo de muháddiz. Para algunos autores es un grado más elevado, y se aplica a las personas con un conocimiento enciclopédico de estas ciencias, conocimiento de memoria miles de hadices así como las circunstancias de sus trasmisión y la calidad de los trasmisores, etc.
  11. Según algunos autores, todavía hay un grado más elevado que es el del hâkim, que es el que lo sabe prácticamente todo sobre los hadices y se mueve con gran pericia por estos conocimientos.

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