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Historia de los Árabes

La historia de los árabes es la historia, de la rica cultura que se ubicó en Arabia, una península situada entre el Mar Rojo y el Golfo Pérsico, al suroeste de Asia.

Por su clima árido, Arabia es un desierto donde la agricultura sólo es posible en algunos lugares de la costa y en los oasis del interior.

Se pueden distinguir dos grandes períodos de la historia de los árabes:

  1. La Preislámica: Esta etapa estuvo formada por los pueblos semitas que emigraron de la Península Arábiga, caracterizados por tener un idioma en común. Así, los babilonios, caldeos, asirios, egipcios, arameos, fenicios, nabateos, sabaneses, himaritas fueron la base de la cultura árabe. De estos pueblos que actualmente conforman el mundo árabe, sobre todo de Egipto, los griegos adquirieron muchos de sus conocimientos.
  2. La Islámica: Durante este período aparece el islamismo, los pueblos de origen semita se unen en torno a las prédicas de Muhammad,constituyendo una civilización árabe musulmana. Con la muerte del profeta Muhammad, empieza la expansión del islamismo y una serie de disputas por el poder político-religioso.

Los sucesores de Muhammad fueron sus discípulos, llamados califas, que instauraron los siguientes califatos:

  1. Ortodoxo (632 -660 D.C.): Fue el único califato elegido y reconocido por los musulmanes suníes y chiíes.
  2. Omeya (660 – 750 D.C.): Constituye el primer califato hereditario de orientación musulmana sunita.
  3. Abasida (750 – 1242 D.C.): Fue un califato impuesto por Abu Abbas, luego de asesinar a la familia de los Omeyas.

El islamismo se extendió hasta las fronteras con la India, pero una cantidad de vaivenes y diferencias generaron su división en tres califatos.

De esta manera la civilización árabe musulmana quedó separada en:

  • Califato de Bagdad,
  • Califato de Córdoba y
  • Califato de El Cairo.

En la organización geopolítica del mundo árabe, adicional a la Liga Árabe, el territorio se divide de la siguiente forma:

  • Magreb, son los países que se encuentran al occidente de Egipto, como Mauritania, Marruecos, Argelia, Túnez y Libia. Estas naciones conforman la Unión del Magreb Árabe o UMA.
  • Mashrek, está conformado por el resto de las naciones que se ubican al oriente del mundo árabe, incluyendo Egipto. La única organización existente en esta área es el Consejo de Cooperación para Estados Árabes del Golfo, integrado por Bahréin, Kuwait, Omán, Catar, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.

En la era pre-islámica que duró hasta el siglo VII, la Península de Arabia estuvo apartada de los grandes centros históricos:

sólo era un lugar de paso de las rutas de caravanas que venían de Oriente trayendo especias, sedas y otras mercancías.

Los árabes que habitaban la península eran de raza semita. La mayoría eran beduinos:

Nómadas dedicados al pastoreo de cabras y camellos.

Por eso existían pocas ciudades en Arabia: Yatrib y la Meca eran los centros comerciales más importantes.

Organizados en tribus rivales, los árabes no formaban un país.

Cada tribu tenía sus propios intereses y sus propias creencias; algunos era fetichistas; otros, en cambio, politeístas.

Sin embargo, la mayoría era monoteísta y rezaban en torno a una misteriosa piedra: la Piedra Negra, ubicada en el santuario de la Kaaba, en la Meca.

La historia de los árabes, estuvo destinada a difundir una brillante civilización desde que fue unido por una religión común predicada por un profeta: Muhammad.

En un principio, los habitantes de la Meca estuvieron en contra de la doctrina de Muhammad.

Por eso, en el año 622 lo obligaron a salir a la ciudad de Yatrib, hoy es la actual Medina.

A esta salida se le conoce como la Hégira y con ella se inició la era islámica: el calendario musulmán se cuenta a partir de esa fecha.

Poco tiempo después, en el año 630, Muhammad reclutó un ejército y conquistó la Meca.

Desde entonces, la mayor parte de los ciudadanos abrazaron el islamismo.

Dos años después el profeta Muhammad murió, sin embargo, toda Arabia quedó unida por su doctrina, el Islam.

En el libro sagrado de los musulmanes, el Corán, se establecieron los preceptos básicos de esta religión, los llamados 5 pilares del Islam, que son los siguientes:

Camino a la Meca

En un cruce de caminos, en las proximidades de un rico manantial, los árabes levantaron una pequeña ciudad: la Meca.

En esta ciudad se venera hasta la actualidad a Alá, allí es donde se encuentra una piedra negra en la que se apoyó el padre de todos los árabes: Ismael, hijo de Abraham.

Esta piedra se encuentra en una construcción llamada la Kaaba, que significa la casa cuadrada.

Actualmente, todo musulmán al menos una vez en su vida visita este santuario.

Formación del Imperio Árabe – Islámico

El Islam unió al pueblo árabe y lo lanzó a una rápida expansión militar entre los siglos VII y VIII.

A la muerte de Muhammad, la dirección del Islam fue ejercida por los califas o sucesores del profeta.

Los primeros califas, denominados ortodoxos, fueron elegidos entre los parientes del profeta.

Bajo su mandato la capital fue la ciudad de Medina y los musulmanes se apoderaron del norte de África, Siria, Palestina y el Imperio Persa.

Tras la muerte del califa Alí en el año 661, la familia de los Omeya se apoderó del califato y convirtió a Damasco en su capital.

En esta época, los musulmanes conquistaron Marruecos y la Península Ibérica.

Por el este se extendieron hasta el río Indo y el Turquestán.

A mediados del siglo VIII, después de cruentas luchas, la familia de los Abasidas desplazó a los Omeyas y trasladó la capital del califato a Bagdad.

A partir del siglo X, el Islam sufrió un proceso de desintegración político debido a conflictos religiosos, al surgimiento de dinastías regionales independientes en España, en Marruecos y en Egipto y a las invasiones de turcos y mongoles.

La Economía de la Cultura Árabe

El comercio fue el principal factor de unidad que vinculó al Imperio árabe.

A partir del siglo VIII, los musulmanes dominaron las rutas marítimas del Mediterráneo y del océano Índico, con su prolongación al Mar Rojo y al Golfo Pérsico.

También controlaron las principales rutas terrestres de África y de Asia.

Los árabes acapararon las mercancías más preciadas: las especies de Asia oriental, las piedras preciosas de la India, la seda de la China y el oro y el marfil de Sudán.

Disponían, además, de la mejor flota de su época y de los puertos más activos.

El uso de una moneda propia, el dinar de oro, independizó a los árabes de la economía bizantina.

Además, por ser más prácticos los musulmanes, idearon dos nuevas formas de pago: la letra de cambio y el cheque.

A pesar de la gran importancia de las actividades comerciales, la agricultura fue el principal recurso de la Cultura Árabe y alcanzó un notable desarrollo entre los siglos VIII al X.

La agricultura se desarrolló, sobre todo, en las zonas occidentales del Mediterráneo, pues ahí los árabes introdujeron nuevas técnicas de regadío: acequias y norias, entre muchas otras.

También introdujeron nuevos cultivos, como la caña de azúcar, el albaricoque, el algodón y el azafrán.

La Historia del Imperio de los Árabes

Al frente del enorme Imperio Islámico o Árabe se encontraba el califa, que era el sucesor de Muhammad y el representante de Allah.

El Corán encomendaba al califa ordenar el bien y prohibir el mal.

Su autoridad era total en el aspecto religioso y también en el político.

El cargo de califa fue electivo en un principio: luego, los Omeyas lo hicieron hereditario.

La gran extensión del imperio hizo necesario crear una amplia administración, que se inspiró en modelos bizantinos y persas:

  • En las provincias, los gobernadores, llamados valies o emires, tuvieron la autoridad civil y con el tiempo, incluso militar.
  • La administración central, los visires o ministros eran los encargados de la dirección de los principales servicios y colaboraban con el califa. En España existió, entre el califa y el visir, una figura intermedia, la del hayib o primer ministro.
  • Para la administración de justicia, los califas nombraron jueces o cadíes en todas las ciudades del imperio.

El ejército aseguró las grandes conquistas: gozaban de una organización excelente, en la que la caballería era el principal contingente.

Con los Omeyas se reclutó para el ejercito estrictamente a los árabes.

Los califas Abasidas introdujeron ya en él a extranjeros y a partir del siglo X, a soldados mercenarios.

Las Ciudades Árabes

Luego de la religión, la segunda característica de la cultura árabe fue su enorme desarrollo urbano.

Pese a su origen nómade, los árabes se acostumbraron rápidamente a la vida urbana.

Por eso, en contraste con los que ocurrió con la Europa cristiana, en la cultura árabe las ciudades florecieron por todas partes.

Las ciudades árabes fueron fundamentalmente centros mercantiles.

Su vida giraba alrededor de la mezquita, que era el lugar donde se oraba y del zoco o mercado.

Cerca de la mezquita se hallaba la alcaicería, donde se almacenaban los productos preciosos del exterior y en las ciudades más importantes se encontraba la casa de la moneda y el mercado de cambios.

Alrededor de este núcleo se entrecruzan las coloridas y laberínticas calles comerciales y también las viviendas.

Bagdad

Los Abasidas trasladaron la capital a Bagdad.

A partir de ese momento, Bagdad se convirtió en la ciudad más esplendorosa y poblada del Imperio Árabe, solo comparable a la capital del Imperio Bizantino, Constantinopla.

Bagdad, actual capital de Irak, está a orillas del río Tigris, en una zona muy fértil en la que se cruzaban las grandes rutas comerciales de Asia.

Era, en ese entonces, un importante puerto fluvial.

Bagdad poseía dos murallas y estaba defendida por 28 torres.

Se accedía a ella por cuatro puertas situadas en los cuatro puntos cardinales.

La cultura Árabe, impregnada por su religión y su lengua, que se convirtió en la expresión universal de su civilización, pues todos los países conquistados adoptaron el idioma árabe.

Apasionados por la alquimia, los científicos musulmanes descubrieron el alcohol, la potasa y el ácido sulfúrico entre otros materiales más y fórmulas químicas que se siguen usando actualmente en medicina.

Médicos como Rhazes y Avicena impulsaron notablemente la ciencia médica.

En la antigua cultura árabe se descubrió la circulación de la sangre, se realizaban operaciones con anestesia y poseían una amplia tecnología.

Lo mismo ocurrió con la geografía y la astronomía.

En la cultura árabe se perfeccionó la brújula, debido al gran conocimiento astronómico, también elaboraron la cartografía que posteriormente utilizó Colón para llegar a América.

Los árabes aportaron a la matemática, el sistema de numeración basado en el cero y el álgebra.

Lograron la extracción de minerales y metales, la mezcla de colores, el curtido del cuero y otras técnicas que surgieron de los procesos de investigación y utilización de sustancias químicas.

Fueron los pioneros en elaborar el papel de algodón, que sirvió posteriormente para que los europeos desarrollaran la imprenta.

Esencial fue también, el desarrollo que los pensadores como Averroes dieron a la filosofía y la difusión del pensamiento de Aristóteles, que fue el autor más leído por los árabes.

Por otro lado, su literatura fue brillante.

Influidos por la India, cultivaron con entusiasmo la narración corta y los cuentos.

Un excelente ejemplo de esto son los relatos de las Las mil y una noches, escritos en prosa y basados en historias y leyendas de origen persa o hindú.

El Arte Árabe

Entre otras cosas, el Corán prohibió el uso de imágenes religiosas.

Y aunque no todos los califas cumplieron con esta prohibición, el arte árabe se redujo a los campos de la arquitectura y la escritura:

Se puede afirmar que la escritura árabe es arte islámico, ya que está basada en veintiocho letras del alfabeto árabe que se unen entre sí.

Formando las palabras mediante ligeros trazos de caligrafía cursiva llamados ductus, que poseen una gran flexibilidad y elegancia a la vez, que permiten alargar o compactar palabras.

La necesidad de realizar la oración común los viernes, ordenada por Muhammad, originó el monumento clave:

La mezquita, que era el lugar donde se realizaba la plegaria comunitaria.

En todas las mezquitas árabes predomina la anchura sobre la longitud y abundan las columnas, pero no existe unidad de estilos en los elementos empleados: arcos, capiteles, decoración, que varían en cada país.

Sobresalen sin embargo, ciertas características:

  • El uso de la cúpula, aprendida de Bizancio.
  • El empleo del arco de herradura, usado por persas y reino visigodo.
  • El predominio de los elementos decorativos que se aplicaban a los muros: placas de piedra, tableros de yeso o cerámica vidriada.

Las Mezquitas

En árabe mezquita se dice maschid, que significa lugar de adoración.

Y es que a diferencia de los templos cristianos, los santuarios musulmanes son centros de oración y no la casa de Dios.

La mezquita ordinaria era un simple patio, en el que se señalaba un muro llamado quibla orientado a la Meca, con un pequeño ábside, el mihrab,que indicaba dicha dirección.

Luego, se cubrió parte de este patio y se añadieron el minbar, que es el púlpito para el imán, encargado de dirigir la oración; y el minarete, una torre desde la cual el almuédano, sacerdote musulmán, convoca a la oración.

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